lunes, 27 de junio de 2016

Para que sigan corriendo libres...

En mi pueblo hay una tradición que se llama "La Saca de las Yeguas", una tradición que data del siglo XVI (que se sepa), cuando se documentó el primer registro conocido.
Este año ha habido una serie de disputas referentes al tema, las cuales apuntaban a que esta tradición no iba a ser posible este año, que iba a desaparecer.
La asociación de yegüerizos y criadores de ganado marismeño denunciaba las dificultades que la protección del territorio de Doñana y otro municipio de la zona estaban implicando sobre la existencia de su ganado en el Parque.
El tribunal supremo anunciaba que era necesario retirar parte de este ganado porque no se adecuaba a las características que se requieren para que estén en el Parque... (En otras palabras, más dinero)
Mi protesta no viene a cuento de la tradición propiamente dicha, la cual he vivido desde que salí de mi madre y la cual respeto profundamente. Tampoco protesto para defender a mi pueblo, ni ninguna vaina patriótica que se le parezca.
Me encanta fotografiar a esos caballos y yeguas, lo que me invade al verlos correr libres es un sentimiento que no puedo describir con palabras. Mi protesta es por los caballos y la vida de mi entorno en general.

En España no existen caballos salvajes. Todos los caballos que hay en España tienen que tener un propietario, un "dueño", cierta regulación, controles sanitarios, etc...
Los caballos de las marismas, los caballos de las retuertas, habitan en las marismas desde hace centenares o quien sabe si miles de años, además cumplen una función; suplen un nicho ecológico que en su tiempo debió cubrir el encebro, el caballo salvaje puro.
Me parece un acto totalmente inconsciente que se este planteando, que la "ley" misma diga que muchos de estos caballos tiene que abandonar las marismas.
No se han planteado la incidencia que la retirada en un ecosistema de un animal como el caballo, herbívoro de gran tamaño, podría tener en el medio salvaje. (Cualquier persona con un mínimo conocimiento ecológico lo sabría). Deben permanecer en la marisma, al igual que las vacas y los toros de la marismas, independientemente de si son propiedad privada o no.
Estos obstáculos que pone el ser humano, la naturaleza no llega a entenderlo muy bien, lo que si entiende un ecosistema como el de Doñana es que estos animales forman parte de él, están dentro de la cadena ecológica, NO pueden ser retirados.
Si llegara el día en que la tradición de la Saca de las Yeguas antes nombrada desapareciese, no se debería permitir que estos animales fueran retirados de su entorno, de su casa... que estén en el Parque aunque sea bajo el amparo de alguna propiedad conservacionista del entorno y no bajo el del estado, como animales puramente salvajes, porque forman parte de nuestro patrimonio natural.

Desde hace cosa de un siglo, muchos organismos en Europa están intentando reintroducir caballos y toros en el medio, buscando razas que genéticamente estén cerca de estos antepasados silvestres. Estos experimentos son interesantes pero poco eficientes en cuanto a la integración de esos animales en los ecosistemas, ya que es muy difícil que un animal doméstico vuelva a ser salvaje, que se asilvestre, con todo lo que ello conlleva.
En Doñana, estos animales ya tienen esta condición de libres, no jurídicamente pero si materialmente.
Doñana es vida, es algo emblemático de nuestro país... se pueden encontrar hasta 500 especies diferentes de vertebrados, eso por desgracia no estamos acostumbrados a verlo, ni a entenderlo, se escapa de lo habitual en un mundo como en el que vivimos.
Este medio natural tiene que protegerse con toda la integridad de sus miembros, con las vacas de las marismas y con los caballos de las retuertas que llevan siglos habitando ahí. (Los caballos que habitan en América, de punta a punta, de norte a sur, son descendientes directos de los caballos de las marismas de Doñana desde que la colonización los llevó allí... haced el cálculo y aún seguro que lleven más tiempo). Algún día también tendrán que integrar a los animales que puedan regular estas poblaciones de herbívoros, ya que el lince ibérico no puede cazar vacas ni caballos, algún día tendrá que volver el lobo, extinto en esta zona desde hace mucho, cuando se daban hasta recompensas por su caza en el término de cumplimiento de la Real Disposición sobre animales "dañinos". Los últimos lobos marismeños fueron abatidos por la mano del hombre a mediados del siglo XX.
Dentro de lo que ahora tenemos, no podemos permitirnos el lujo de probar a retirar caballos de Doñana, "a ver que pasa". Estos caballos deben ser libres y no ser molestados con temas de índole jurídica de los cuales la naturaleza no entiende. Estos animales tienen que ser una especie silvestre, un animal libre más como lo podría ser un ciervo o un jabalí ya que están cumpliendo la misma función en la naturaleza.

Yo por mi parte espero seguir viéndolos correr por las marismas muchos años más y que "los que mandan" dejen de tomar decisiones absurdas.
Este año, parte de "las yeguas" de esa saca, parte de "mis caballos salvajes", no volverán a su casa en las marismas.